15 may 2012

Desterrar la fruta de la dieta…¡pésima idea!

Su presencia en nuestra alimentación no siempre es tan abundante como debiera. ¿Por qué es recomendable 'corregir' esta situación? Te lo contamos.

Las frutas constituyen uno de los alimentos más sanos para el organismo. Hasta aquí, nada nuevo. Sin embargo, a pesar de sus bondades son por todos conocidas, no siempre conseguimos incluirlas en la dieta. Éste es un pequeño recordatorio con los motivos principales que hacen de estos alimentos verdaderas ‘medicinas naturales’ para nuestra salud y, además, para llevarnos bien con la báscula.

Las frutas actúan como alimentos reguladores y proporcionan a la dieta minerales y vitaminas, principalmente vitaminas A y C.

Son también una excelente fuente de fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal.

Contienen agua en un porcentaje que oscila entre el 80 y el 90 % de su peso, por lo que resultan diuréticas.

Son ricas en azúcares del tipo de la sacarosa, la glucosa y la fructosa, pero su contenido calórico es bajo, por lo que (de forma general) son un buen aliado para las dietas de adelgazamiento.
PROPIEDADES NUTRITIVAS, FRUTA A FRUTA

Los cítricos (naranja, limón, mandarina y pomelo) son una magnífica fuente de vitamina C.

Los melocotones, los albaricoques, las ciruelas, las cerezas, las frambuesas, el melón, las fresas y las mandarinas son muy ricos en vitamina A.

Los nísperos son muy ricos en betacarotenos (precursor de la vitamina A).

Las uvas son ricas en azúcares, aminoácidos, vitaminas, sales minerales y ácidos.

Los higos frescos tienen un elevado contenido calórico, por lo que su consumo ha de ser moderado.

Las frutas tropicales (los plátanos, los melones, las sandías, las piñas, las chirimoyas, los kiwis, las guayabas y las papayas) contienen casi todas, una mayor proporción de azúcares y vitaminas que las cultivadas en climas templados por su menor contenido en agua.

Los plátanos, fruta energética por excelencia, son fuente de vitamina C, caroteno, riboflavina, ciertas vitaminas del grupo B y minerales, sobre todo fósforo y hierro. Su gran poder saciante recomienda un uso prudente en dietas hipocalóricas.

Las frutas silvestres (grosellas, moras, frambuesas, arándanos y granadas) son muy ricas en vitamina E y los membrillos, que por ser agrios y ácidos para consumirlos frescos suelen prepararse cocidos, aportan diversos minerales y, sobre todo, mucílago, fibra soluble.

OTRAS CUESTIONES A TENER EN CUENTA


Opta siempre por frutas de temporada (resultan más sabrosas y económicas).

Es conveniente tomar por lo menos dos piezas de fruta al día, una de ellas del grupo de los cítricos.

Nunca se debe sustituir la fruta del postre por otro tipo de alimento (natillas, helados, flan, etcétera).

El consumo de la piel de la fruta es útil para un buen funcionamiento intestinal.

/hola

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