En nuestro país siempre se habla de la tradicional dieta mediterránea pero hace poco, en las regiones del norte comenzaron a llamar la atención sobre las propiedades de su dieta, igual de rica y que se basaba en los productos típicos de la zona del Atlántico.
Hemos de matizar que no se trata de una dieta para adelgazar, como se las conoce normalmente, sino que es un conjunto de hábitos alimenticios saludables que se engloban en un estilo de vida determinado, el de las regiones atlánticas del norte de España. De ahí su nombre.
Todo el mundo ha oído hablar de la dieta mediterránea y sus propiedades y sabe que se fundamenta en la utilización de los recursos naturales de su zona. La dieta atlántica reivindica los mismos principios, pero por tener otros recursos, es algo diferente.
Los pilares de la dieta atlántica son el consumo habitual de pescados y mariscos que son la base de la dieta, por lo que es beneficiosa para el corazón, el consumo de hortalizas, verduras (en especial coles, nabizas y berzas propias de la zona) y frutas de temporada, y la ingesta de lácteos a diario. Además se recomienda el consumo moderado de vino, realización de actividades físicas, ingesta de líquidos y moderación con las carnes rojas, también presentes en la dieta.
En la preparación de los alimentos se utiliza como base igualmente el aceite de oliva, del que ya vimos sus beneficios, y se suelen cocer o cocinar a la plancha o al horno. Priman las maneras sencillas de preparación que conserven las propiedades de los alimentos así como tomarse la comida como algo importante que forma parte de los hábitos familiares.
En definitiva, hace hincapié en un estilo de vida saludable, una dieta basada en la importancia de las proteínas como base alimenticia y en evitar los alimentos procesados y poco naturales, ricos en grasas saturadas y azúcares refinados o fuera de temporada. Es sin duda una vuelta a las tradiciones culinarias que han mantenido alejadas enfermedades como la obesidad, la diabetes o los infartos durante generaciones.
/nosotras
Hemos de matizar que no se trata de una dieta para adelgazar, como se las conoce normalmente, sino que es un conjunto de hábitos alimenticios saludables que se engloban en un estilo de vida determinado, el de las regiones atlánticas del norte de España. De ahí su nombre.
Todo el mundo ha oído hablar de la dieta mediterránea y sus propiedades y sabe que se fundamenta en la utilización de los recursos naturales de su zona. La dieta atlántica reivindica los mismos principios, pero por tener otros recursos, es algo diferente.
Los pilares de la dieta atlántica son el consumo habitual de pescados y mariscos que son la base de la dieta, por lo que es beneficiosa para el corazón, el consumo de hortalizas, verduras (en especial coles, nabizas y berzas propias de la zona) y frutas de temporada, y la ingesta de lácteos a diario. Además se recomienda el consumo moderado de vino, realización de actividades físicas, ingesta de líquidos y moderación con las carnes rojas, también presentes en la dieta.
En la preparación de los alimentos se utiliza como base igualmente el aceite de oliva, del que ya vimos sus beneficios, y se suelen cocer o cocinar a la plancha o al horno. Priman las maneras sencillas de preparación que conserven las propiedades de los alimentos así como tomarse la comida como algo importante que forma parte de los hábitos familiares.
En definitiva, hace hincapié en un estilo de vida saludable, una dieta basada en la importancia de las proteínas como base alimenticia y en evitar los alimentos procesados y poco naturales, ricos en grasas saturadas y azúcares refinados o fuera de temporada. Es sin duda una vuelta a las tradiciones culinarias que han mantenido alejadas enfermedades como la obesidad, la diabetes o los infartos durante generaciones.
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