Seamos realistas, las comilonas navideñas están a la vuelta de la esquina y el frío que parece haberse instalado en toda la Comunidad no invita, precisamente, a salir a correr por el parque. Son muchos los que eligen estas fechas para empezar una dieta o ponerse en forma, pero estar estupendos para inaugurar el 2012 tiene un alto precio.
Lo primero y por si aún no se habían dado cuenta, las dietas milagro NO existen. Suelen ser más peligrosas que cierto grado de sobrepeso. Pero por si tu idea es bajar un par de kilitos, por estética o para hacer sitio al turrón, has llegado al lugar indicado.
Consejo número 1. Hay una dieta para cada persona. No vale aquello de “ésta a mi amiga le fue muy bien”. Un nutricionista suele ser la mejor opción para saber qué es lo que te conviene.
Consejo número 2. Huye, como huirías de Satán hecho carne, de la bollería industrial. Un triste donut tiene las mismas calorías que un buen marmitako. Y lo segundo alimenta más.
Consejo número 3. Agua. Un litro y medio se posiciona como la cantidad ideal para no retener líquidos y eliminarlos correctamente. Eso sí, durante las comidas no se puede. ¡Distribúyelo durante todo el día!
Consejo número 4. La plancha es tu aliada. Utilízala. ¿Carne? A la plancha. ¿Pescado? A la plancha. ¿Verduritas? A la plancha.
Consejo número 5. Por si la plancha empieza a hacerse una pesadilla y todo te sabe igual, tengo tres sílabas para ti. Es-pe-cias. La mayoría no te hará engordar un gramo y le darás otro aire a tus platos. No es lo mismo pollo a la pimienta que con orégano, curry, ajito picado…
Consejo número 6. Las dietas son prácticamente inefectivas si no se acompañan de… un poquito de ejercicio. Nadie te pide que escales el Anapurna o que corras los cien metros en doce segundos. Sólo camina. Deprisita y cuarenta y cinco minutos al día, todos los días. Verás los efectos en una semana.
Consejo número 7. La báscula no es tu dios. Es un instrumento que has de utilizar todos los días a la misma hora, pero sólo una vez. Pesarse cada hora sólo contribuye a obsesionarse y llevarse graves disgustos por las oscilaciones.
Consejo número 8. El cerdo es como los donuts. Satanás. El refrán debería cambiarse a “del cerdo engordan hasta los andares”.
Consejo número 9. Los objetivos tipo “perder tanto en tanto tiempo” no sirven. Tu única meta ha de ser sentirte mejor contigo mismo.
Consejo número 10. Paciencia. A todos (o casi) nos gusta comer lo que queremos y cuando lo queremos, pero las grandes guerras se ganan batallita a batallita. El bollo que no te comes. La horita de caminar. La plancha en lugar de freír.
/noticiascastillayleon
Lo primero y por si aún no se habían dado cuenta, las dietas milagro NO existen. Suelen ser más peligrosas que cierto grado de sobrepeso. Pero por si tu idea es bajar un par de kilitos, por estética o para hacer sitio al turrón, has llegado al lugar indicado.
Consejo número 1. Hay una dieta para cada persona. No vale aquello de “ésta a mi amiga le fue muy bien”. Un nutricionista suele ser la mejor opción para saber qué es lo que te conviene.
Consejo número 2. Huye, como huirías de Satán hecho carne, de la bollería industrial. Un triste donut tiene las mismas calorías que un buen marmitako. Y lo segundo alimenta más.
Consejo número 3. Agua. Un litro y medio se posiciona como la cantidad ideal para no retener líquidos y eliminarlos correctamente. Eso sí, durante las comidas no se puede. ¡Distribúyelo durante todo el día!
Consejo número 4. La plancha es tu aliada. Utilízala. ¿Carne? A la plancha. ¿Pescado? A la plancha. ¿Verduritas? A la plancha.
Consejo número 5. Por si la plancha empieza a hacerse una pesadilla y todo te sabe igual, tengo tres sílabas para ti. Es-pe-cias. La mayoría no te hará engordar un gramo y le darás otro aire a tus platos. No es lo mismo pollo a la pimienta que con orégano, curry, ajito picado…
Consejo número 6. Las dietas son prácticamente inefectivas si no se acompañan de… un poquito de ejercicio. Nadie te pide que escales el Anapurna o que corras los cien metros en doce segundos. Sólo camina. Deprisita y cuarenta y cinco minutos al día, todos los días. Verás los efectos en una semana.
Consejo número 7. La báscula no es tu dios. Es un instrumento que has de utilizar todos los días a la misma hora, pero sólo una vez. Pesarse cada hora sólo contribuye a obsesionarse y llevarse graves disgustos por las oscilaciones.
Consejo número 8. El cerdo es como los donuts. Satanás. El refrán debería cambiarse a “del cerdo engordan hasta los andares”.
Consejo número 9. Los objetivos tipo “perder tanto en tanto tiempo” no sirven. Tu única meta ha de ser sentirte mejor contigo mismo.
Consejo número 10. Paciencia. A todos (o casi) nos gusta comer lo que queremos y cuando lo queremos, pero las grandes guerras se ganan batallita a batallita. El bollo que no te comes. La horita de caminar. La plancha en lugar de freír.
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